Finca binissatí
En el año 1510 la familia Siquier adquirió la Finca de Binissatí y, hasta día de hoy, se mantiene como el bien más representativo. Generación tras generación, la Finca ha sido conservada manteniendo los valores familiares, históricos y culturales. El nombre de la finca tiene un origen árabe, al igual que muchos otros lugares de Mallorca, fruto de los dos siglos de ocupación mozárabe de la isla. Con el paso de los años al nombre original de “Binisatí” ha sufrido una transformación, la s se ha convertido en doble ss, respetando así la gramática mallorquina.
El valor histórico de la finca de Binissatí reside en sus dos emblemáticas casas y la flora y fauna que las rodea.
Binissatí Vell, una casa con historia construida en 1737 y conservada por la familia, destinada a la recolecta de almendras, producción de aceite y otras actividades agrícolas. Actualmente es un lugar qué, conservando los valores tradicionales e históricos de la casa, se ha convertido en el centro de las celebraciones y eventos de la Finca.
Binissatí Nou, casa familiar, junto al bosque de encinas y rodeada de naranjos, una casa en la que se respira la tradición y la cultura mallorquina, siendo actualmente el centro de todas las actividades agrícolas.
Binissatí es una posesión agrícola que se mantiene activa combinando la recogida anual de aceitunas, algarrobas, almendras, naranjas y bellotas, con el cuidado de un importante rebaño de ovejas guiado de manera tradicional. La Finca es un referente para Búger, un pequeño pueblo vecino, ya que se ha convertido en tradicional la celebración de la «Festa d’es Jai» en el bosque de encinas, donde los residentes de Búger comen y pasan la tarde rememorando el viaje de sus antepasados cuando iban al mercado del pueblo de Sineu.
La finca de Binissatí representa la historia de la Mallorca agrícola de tiempos pasados, un lugar único a visitar en la isla.
Foto: @photographer_maxsegura